martes, 11 de septiembre de 2007

La riqueza de los pobres...


Esta mañana he salido de mi casa, y como de costubre me he dirigido a mi kiosko habitual a comprar el periódico.

Ese kiosko guarda ese espíritu de vida de barrio, donde siempre hay tiempo para un "buenos días", donde no te importa demorar tu compra por dejar paso a esos niños ansiados de glucosa en forma de golosina, o por charlar amigablemente un rato. No es como esos nuevos y sofisticados kioskos que se han impuesto con el paso de los años en busca de una uniformidad generalizada de dicho sector de actividad. Son cuatro paredes, que cuando amanece, charlie y su esposa las convierten en dos, dando paso a la gente dentro de su recinto, sin importar que ellos esten sentados en sus proximidades, colocando todo su repertorio de diarios a disposición del cliente (supongo que lo hace para que no pasen vergüenza los compradores del ABC, Mundo, y demás prensa sensacio-radicalista, al solicitar dichas publicaciones).

Ese kiosko lo regenta Charlie, un compañero argentino que ha venido a España en busca de una mejor situación para su familia.

Esta mañana, ojeando a prisa las páginas de la crónica local, en busca de un comunicado que había emitido días antes (y que hoy ha sido publicado, todo sea dicho de paso), me he puesto a conversar un rato con él, de su negocio, los obsequios de algunas revistas, y de la gran cantidad de coleccionables que adornar todo el perímetro de su empresa.

Esté último aspecto ha sido el que más nos ha encandilado, ya que desde el punto de vista de marketing, está todo permitido: mucho color en la primera edición de Crea tu Casa de muñequas andaluza, o el tamaño del Aprende inglés con Mickey, o la facinante portada de Piedras preciosas de tangue, ...pero desde el punto ecológico, se emplea mucho cartón, plástico y demás porductos que no se reciclan.

Charlie, me ha comentado con sorpresa la utilización del cartón y me ha dicho: "En mi país, con sólo el cartón que tengo acá (en su kiosko), eres rico...!"

Esa frase me ha dejado sorprendido, con un escalofrío por todo el cuerpo...me ha hecho ver la diferencia existente en el mundo en pequeños aspectos como puede ser unos cuantos cartones.

Paradojas de la vida, hoy me han trido unos muebles a mi casa, y estaban forrados todos de cartón, plásticos, papel...conforme iban acabando de montarlos se acumulaban todos los restos en una caja enorme, y mis oidos aún escuchaban las palabras de Charlie...me he dirigido a la caja, y he llegado a notar el mismo escalofrío de esta mañana.

1 comentario:

Miquel Lorente dijo...

camarada,

esperando una entrada más...venga tio a ver que nos cuentas.Seguro que algo interesente...

Ben cordialment
Dolores Ibarruri